El subconsciente es como el disco duro de la mente. Contiene toda la información
que hemos recibido a lo largo de la vida; no sólo la información que hemos captado
de forma consciente y que podemos recordarnos en cualquier momento, sino
también la que hemos percibido de forma inconsciente. Nuestro cerebro es como un
radar, percibe todo lo que ocurre a nuestro alrededor hasta en sus mínimos detalles
y lo conserva en la memoria subconsciente.
El subconsciente no es un simple almacén de datos. El cerebro lo activa
constantemente relacionando y combinando unas ideas con otras en busca de
mejores soluciones. El cerebro es inmensamente poderoso, puede producir miles de
ideas por segundo, pero este poder está condicionado por la cantidad y la calidad
de la información grabada en el consciente y en el subconsciente.
Muchas personas podrían llegar a ser genios, pero, debido a una pobre educación,
su mente carece de contenidos valiosos sobre los cuales podría trabajar el cerebro,
en consecuencia, son potencialmente genios pero en la realidad son ignorantes.
Esta realidad nos da idea de lo importante que es leer todos los días sobre temas
valioso y lo necesario que es activar constantemente el cerebro con ideas
poderosas, porque, al final, el éxito y la felicidad están en la mente y su logro
depende de la forma en que adquirimos conocimientos de valor, en la medida en
que los estimulamos.
Al hablar de conocimientos nos referimos, no sólo al estudio profesional, sino
también, al conocimiento de los valores, de las artes y de los demás aspectos que
constituyen la esencia de la verdadera cultura.
Cuando observamos un iceberg sólo vemos una octava parte de su altura. Hay otras
siete partes sumergidas en el mar. La parte visible se mantiene sobre la superficie
porque se apoya en la parte sumergida que no vemos. De forma similar, los seres
humanos sólo tenemos conciencia de una pequeña parte de nuestros contenidos
mentales. Desconocemos nuestro verdadero poder mental; sin embargo, sabemos
que ahí está, como una riqueza inmensa, como una mina, que podemos explotar
Así como la parte visible del iceberg se apoya en la parte sumergida, así la parte
consciente de las personas se apoya y se alimenta de la parte subconsciente.
Los seres humanos creemos que tomamos decisiones libremente, pero las cosas no
son así. Tenemos programaciones a nivel subconsciente, grabadas desde la
infancia, las cuales se han ido modificando o consolidando a través de los años.
Estas programaciones subconscientes constituyen la estructura profunda de nuestra
personalidad y son las que determinan nuestras conductas. Esto explica por qué
muchas veces queremos hacer algo pero actuamos de una forma muy distinta. Se
debe a que nuestro poder consciente es débil ante la dinámica poderosa de la
mente subconsciente.
Observa la superficie del mar, se mueve formando olas. Este es el movimiento de la
superficie, el cual depende de los vientos. También la atracción de la luna hala la
superficie del mar y produce las mareas; pero el verdadero movimiento del mar es
interno, generado por grades corrientes marinas. Verdaderos ríos marinos que
pueden tener más de 1000 kms. de ancho y más de un km. de profundidad y
pueden trasladar más de 10.000.000 de metros cúbicos por segundo.
El subconsciente, como todo en la vida, tiene sus leyes. En el subconsciente luchan
todos los contenidos por ocupar un lugar privilegiado y se asocian de acuerdo a su
afinidad o significado. De aquí la importancia de instalar en la mente principios,
valores, metas, ideales y proyectos importantes que gobiernen la mente y atraigan
hacia sí toda la información positiva del subconsciente.
El subconsciente de muchas personas es pobre y negativo, en consecuencia su
mente consciente también es pobre y negativa; sin embargo, existen técnicas
eficaces para programar la mente, de modo que, aún en circunstancias adversas, el
ser humano puede reprogramar su mente.
Además cuenta con un instinto y una inteligencia que le impulsan a buscar el éxito.
Nadie puede sacar del bolsillo una moneda si antes no la ha introducido y nadie
puede sacar del cerebro una idea o una solución si antes no la ha introducido de
alguna forma; de modo que, nadie puede ser altamente creativo si no posee
contenidos mentales valiosos. Los contenidos del subconsciente constituyen la
materia prima de la creatividad.
El cerebro trabaja sin descanso buscando la forma de convertir en realidad los
deseos y proyectos de las personas. Cuanto más importantes son los proyectos y
cuanto mayor es el interés que tiene la persona en dichos proyectos, más
intensamente trabaja el cerebro. El cerebro sólo se moviliza cuando existen razones
importantes. Las personas creativas viven centradas habitualmente en sus
proyectos.
Están centradas de forma creativa, buscando nuevas formas de hacer las cosas
más simples y efectivas. Lo hacen sin prisa y sin angustia, por lo cual pueden
trabajar durante muchas horas sin cansarse.
Muchas personas poseen contenidos mentales valiosos, sin embargo no son
creativas, porque se han adaptado de forma pasiva a la rutina de la sociedad.
La creatividad necesita ser alimentada constantemente. Es necesario trabajar sobre
un proyecto de avanzada, de lo contrario se corre el riesgo de quedar atrapado en
un círculo vicioso sin darse cuenta.
La creatividad más importante es la relacionada con la solución de los problemas de
la vida.
Todo en la naturaleza se rige por leyes. Una de estas leyes es la Ley de Asociación
o Atracción. Esta ley está impresa en los átomos, en las células y en los
organismos. Hace que todo lo que existe tienda a asociarse de acuerdo a sus
características. (Se asocian las partículas de hierro, las partículas de cobre, las
hormigas, los árboles y las personas, para sobrevivir. “La unión hace la fuerza”
Esta ley rige también los contenidos mentales (ideas, sentimientos, recuerdos) los
cuales luchan por sobrevivir y evitar desaparecer en el olvido. Pero, como la vida es
movimiento, cambio y evolución, también existe la Ley de Desintegración o Ley de
Entropía que tiende a desintegrar todo lo que existe, reduciéndolo a su estado
original para que inicie un nuevo proceso de integración, siguiendo la Ley de los
Ciclos.
Lo expuesto sirve para entender que, en nuestro cerebro, tenemos grabada
información positiva (ideas, sentimientos y vivencias) que lucha por sobrevivir y
alcanzar la plenitud. Estos contenidos pueden conducirnos al éxito. También
tenemos información negativa que puede conducirnos al fracaso.
Cuando pensamos en algo (positivo o negativo) lo alimentamos y tiende a
fortalecerse. Cuando pensamos en ello con insistencia, incrementamos su poder.
Cuanto más poder adquiere una idea o un sentimiento, se impone con fuerza sobre
las demás ideas y sentimientos, hasta llegar a tomar el control de la mente. Como
es lógico, la persona tenderá a actuar de acuerdo a las ideas y sentimientos que se
imponen en su mente.
Una persona que piensa todos los días en problemas económicos, familiares, etc. lo
único que logra es atraer a su mente todos los pensamientos negativos que se
relacionan con sus problemas, los cuales, exacerbados por una imaginación
angustiosa, le hacen ver las cosas cada vez más complicadas.
Esta percepción genera mucha angustia, produce un gasto inmenso de energía
mental y biológica e inhibe la fe y la creatividad, con lo cual no encuentra salida.
Por el contrario, una persona que piensa en soluciones, no se detiene en
problemas. Busca alternativas…Ésta actitud hace que el cerebro comience a buscar
en el “disco duro” de la mente, información que sirva para lograr el objetivo. De
forma progresiva, la persona comienza a ver una luz en la distancia (Recuerda que
todo problema tiene una solución) Poco a poco se van asociando y organizando las
ideas en la mente hasta que llega el momento “Eureka”, encontré la solución.
Las soluciones teóricas pueden llegar de forma instantánea, pero las soluciones
prácticas pueden tardar días, meses, y, hasta años. Lo importante es tener la
certeza de que se avanza por el camino de la solución. Lo más triste en la vida es
vivir sin esperanza.
Sin cierta esperanza nadie puede vivir. Por suerte, siempre existe la esperanza de
que las cosas pueden cambiar, de que puede ocurrir un milagro.
Pero no podemos vivir de la esperanza ni de los milagros. Nuestro destino no puede
depender de nadie porque la vida es un reto personal.
Somos hijos de una sociedad represiva que nos enseña a percibir la vida como
problema. De cada diez mensajes que hemos recibido a través de la educación,
nueve han sido represivos de alguna forma. A nivel social ocurre lo mismo. El 90%
de los mensajes expresan problemas, angustia, agresividad y sólo el 10% son
reconfortantes. Esta es la razón principal por la cual las personas tienden a
centrarse en sus problemas en vez de pensar en proyectos y en soluciones.
A pesar de que hemos sido programados con muchos mensajes negativos, hay una
fuerza vital en lo íntimo de cada ser, que vibra con intensidad e impulsa a crecer.
Necesitamos activar este impulso todos los días con mensajes positivos y nos
sorprenderemos de hasta dónde podemos llegar; sólo es cuestión de programación.
Todo en la vida funciona de acuerdo a una programación.
Piensa en soluciones. Sé asertivo. La asertividad no es sólo una actitud mental, es
una forma activa de vivir, de esforzarse, de capacitarse, de resolver las cosas, en
vez de esperar que éstas cambien.
Piensa en soluciones, porque así como piensas así te suceden las cosas.
"Cuida tus pensamientos, porque se volverán palabras.
Cuida tus palabras, porque se volverán acciones.
Cuida tus acciones, porque se volverán costumbre.
Cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter.
Cuida tu carácter, porque forjará tu destino"