miércoles, 17 de abril de 2019

El cerebro es una olla a presión

La olla a presión es un recipiente hermético que se utiliza para cocinar. El punto de ebullición del agua es de 100º pero en la olla a presión puede alcanzar los 130º. La olla de presión tienen una válvula que se abre cuando la presión llega al límite establecido, de lo contrario podría explotar y quedar reducida a añicos.

El cerebro es una estructura física y mental. Está dotado de una capacidad inmensa y de una resistencia a toda prueba, pero tiene unos límites que no se pueden sobrepasar porque se produciría un colapso.

Los seres humanos hemos evolucionado y tenemos una fachada de personas civilizadas pero seguimos siendo primates, así como los gorilas, los lemures y los chimpancés, sólo que en algún punto de la evolución, el desarrollo humano continuó por un camino distinto y hemos evolucionado hasta el día de hoy, pero la tendencia de todo ser humano es el libertinaje. Los instintos animales siguen latentes, buscando la forma de expresarse, lo que obliga al ser humano a invertir casi el 70% de su energía mental en controlar los impulsos instintivos y los temores procedentes de la parte oscura de la mente, es decir, del inconsciente.

Gracias a la evolución tenemos una mente desarrollada, formada por principios y valores, aprendidos a través de la educación, los cuales nos ayudan a controlar los instintos y a comportarnos de forma civilizada, pero en el fondo de la mente humana existe una parte oscura, animal, instintiva y pasional que puede hacernos malas jugadas..

Hoy conocemos mucho acerca del universo y de la naturaleza pero muy poco sobre la mente humana. En realidad cada ser humano es un desconocido para sí mismo. Si tuvieras que definirte cómo eres, no sabrías hacerlo. Podrías hablar de lo que has hecho y haces en la vida pero no de lo que eres. Inténtalo para que te convenzas. Cuando el filósofo Sócrates preguntó al oráculo de Delfos por el principio de la sabiduría, éste le respondió: "Conócete a ti mismo". Sin duda, conocerse a sí mismo supone un reto de sabiduría.

Sabemos que en la mente de cada ser humano se libra una batalla feroz entre los distintos contenidos que habitan en ella. Así como los seres vivos luchan en la naturaleza por sobrevivir e imponerse a los demás. (El imponerse a los demás es una forma de asegurar la supervivencia). Así los instintos y las pasiones luchan por imponerse a los principios y valores adquiridos a través de la educación. En esta lucha sin cuartel las personas se ven obligadas a invertir casi el 70% de su energía mental para controlar los impulsos instintivos y los temores procedentes del inconsciente.

Lo ideal es llegar a una situación de equilibrio en la cual la tensión interna se reduzca al mínimo. Esta situación de equilibrio se logra cuando las personas son bien educadas, cuando crecen con buena autoestima y capacidad; cuando obtienen éxitos suficientes en distintos aspectos de la vida y cuando aprenden a manejar las frustraciones.

Cuando las personas no son bien programadas, cuando su autoestima es baja, cuando obtienen pocos éxitos en la vida, cuando sienten amenazada su seguridad y cuando no saben manejar las frustraciones, entonces, crece la tensión interna y puede "estallar la olla" puede colapsar la salud mental y la vida de las personas.

Por suerte, siempre existe una válvula de escape (la fe, la esperanza, la familia, un amigo, la naturaleza que sabe adaptarse a situaciones extremas, y, en última instancia, el instinto de vida) Si no fuera por el instinto de vida, se suicidarían cada día millones de personas.

Conclusión

Es importante estar conscientes de que nuestra mente es una olla a presión en la que libramos cada día una batalla feroz, en la que lucha la parte buena de nuestra persona (principios y valores) contra la parte violenta (instintos y pasiones) pero esta batalla se da a nivel inconsciente, por lo cual no nos enteramos.

Sin embargo, podemos observar que hay personas que viven en paz, debido a que controlan la parte instintiva y violenta de su mente y hay personas que viven angustiadas y atormentadas, debido a que no pueden controlar los impulsos negativos de su mente.

Debemos estar conscientes de que las buenas ideas, los sentimientos nobles, el lenguaje positivo, las buenas intenciones y las acciones correctas, son medicina y salud para la mente, así como las actitudes negativas son veneno que nos destruye de forma lenta pero profunda.

Nuestra situación actual, buena o mala, es el resultado de un largo proceso en el que hemos hecho las cosas bien o mal.

Nadie puede protegernos de la vida ni de la sociedad. La vida es como es y las personas son como son, por tanto, debemos prepararnos para sobrevivir aún en las condiciones más adversas. "Si quieres la paz, prepárate para la guerra"

Como la educación que hemos recibido es muy represiva y carencial, nuestra mente es débil, por lo cual, no debemos exponernos a riesgos innecesarios.

Como además de la presión interna tenemos la presión social, necesitamos fortalecernos para soportar ambas presiones.

La presión interna la podemos soportar mejorando la autoestima, desarrollando criterios claros y valores sólidos y mejorando la vida espiritual. Y la presión externa la podemos superar, capacitándonos constantemente y desarrollando personalidad y liderazgo.

Existe otra forma de liberarse de la presión interna y externa, consiste en desconectarse de la realidad, renunciar a la lucha y aceptar el fracaso. Ésta es una forma de estar muerto en vida.

El cuerpo y la mente tienen muchas formas de evitar que "explote la olla" El sueño es un mecanismo que utiliza el cuerpo para decir ¡Basta! y evitar la autodestrucción. La evasión mental y la amnesia son algunos de los mecanismos que utiliza la mente para evitar el colapso. La locura es una evasión sin regreso.

Pero la idea no es evitar y evitar, sino programarse correctamente para funcionar bien y vivir en paz y en armonía.

La sociedad produce mucha contaminación de todo tipo que llegan a nuestra mente en forma de vibraciones; por lo cual necesitamos aprender a inmunizarnos y mantener una higiene mental constante.

Necesitamos drenar "todos los días" el estrés, la angustia y las tensiones, por medio de lecturas estimulantes, de ejercicio físico, de un poco de esparcimiento, del descanso adecuado, etc.

El callar lo que no hay que callar y el aguatar lo que no hay que aguantar, va acumulando tensión. Muchos comportamientos violentos y muchas explosiones sociales son el resultado de tensión acumulada. La mejor forma de drenar la mente es vivir en positivo.

Sé práctico, cultiva expectativas asequibles. Pon el éxito en tu desarrollo personal, lo cual depende de ti, más que en el logro de cosas materiales, lo cual depende de los demás.

Finalmente, aceptar los errores y fracasos como parte natural de la vida y aprende de ellos, y, sobre todo, aprende a manejar las frustraciones.

Ni los errores, ni los fracasos, ni las frustraciones te pueden hundir si tú no lo permites.

La mente humana siempre será una olla a presión que debemos controlar y en la cual debemos introducir sólo ideas y sentimientos positivos, porque al final somos lo que llevamos por dentro.