Las personas creen que deciden de acuerdo a su voluntad pero no es así, si así
fuera, nos decidiríamos siempre por la verdad, por el bien y por el éxito, y jamás por
la mentira, ni por la corrupción, ni por el fracaso, puesto que todos sabemos las
consecuencias negativas que acarrean.
Mucha gente miente, se corrompe y hace el mal, porque su estructura mental les
impulsa a ello. Cuando una persona ha sido bien educada, posee criterios, valores y
hábitos mentales positivos que se han consolidado a lo largo de la vida. Su mente
está programada para hacer el bien, y, en consecuencia, su tendencia natural es
hacer el bien. Sin embargo, nadie es perfecto y a pesar de la buena educación
puede incurrir, de forma accidental, en el mal.
Pero, cuando una persona es "educada" sin principios, sin criterios, sin respeto a los
derechos de los demás, sin responsabilidad y sin disciplina, no tiene estructura
mental capaz de controlar los instintos y las pasiones. Estas personas creen que
hacen lo que quieren, como quieren y cuando les place, pero, en realidad no es así.
Lo único que hacen es seguir sus impulsos internos, pero, como viven en una
sociedad que exige ciertas reglas, necesitan controlar algunos aspectos para no ser
marginados.
La mayoría de las personas están mal programadas, por esta razón la sociedad
tiene tantos problemas. Los problemas sociales son la expresión de los problemas
internos de las personas. Si predominan las personas inteligentes, capaces y
civilizadas, la sociedad funcionará de forma inteligente, será productiva y civilizada,
pero, si predominan las personas problemáticas y mediocres, la sociedad será
problemática y mediocre.
Todo cambio se inicia en la mente. Para cambiar la sociedad, antes hay que
cambiar a las personas. Las leyes sirven de poco si no van acompañadas de un
plan orientado a cambiar la actitud mental de las personas. Todas las leyes del
mundo no sirven para controlar a una sola persona. La pueden reprimir y encarcelar,
pero jamás controlar su mente. De aquí la importancia de orientar los esfuerzos al
cambio de actitud mental, porque más importante que cambiar el mundo por fuera
es cambiarlo por dentro.
Las personas creen que toman decisiones por voluntad propia pero estudios
recientes indican otra cosa. Parece que es el cerebro el que toma las decisiones de
acuerdo a la información que maneja y un segundo después la persona toma
conciencia de la decisión tomada por el cerebro. Lo importante es que el cerebro
actúa de acuerdo a los contenidos mentales (intelectuales, afectivos morales y
espirituales) que rigen la vida de la persona. Por tanto, si quieres mejorar la calidad
de tu vida, no lo vas a lograr sólo con planificaciones, necesitas ir directo a la
estructura de tu personalidad y revisar principios, creencias y comportamientos
laborales, sociales, morales y espirituales.
Aunque el cerebro es quien decide, no significa que la persona carezca de libre
albedrío, pues el cerebro se limita a actuar de acuerdo a las programaciones
internas desarrolladas por la persona; de modo que, cada quien decide de acuerdo
a la clase de persona que es. Hay muchas cosas que las personas no desearían
hacer porque tienen conciencia de que no son convenientes, pero a nivel
subconsciente sí desean hacerlas porque esa es su dinámica profunda.
El que miente es porque tiene una estructura mental mentirosa. El que es corrupto
lo es porque tiene una estructura mental básicamente corrupta y el que es honesto
lo es porque tiene una estructura mental honesta. En definitiva, nuestras conductas
importantes no son circunstanciales, son la expresión de lo que somos a nivel
profundo.
Ahora bien, lo dicho no es absoluto ni para siempre. El malo puede convertirse y el
bueno puede caer en la tentación.
Somos parte de una sociedad, que nos obliga a decidir constantemente, pero las
decisiones verdaderamente importantes son las relacionadas con el propio
desarrollo. Estas decisiones íntimas y personales son las que deciden nuestra vida;
por tanto, son estas decisiones a las que debemos prestar mayor atención
Nadie puede decidir con libertad, si está condicionado internamente por la
ignorancia, por el temor o por las pasiones. Este condicionamiento interno conduce
al sometimiento externo. Si eres libre en tu mente y en tu corazón, nadie podrá
someterte
La mayoría de las personas están atrapadas en costumbres, hábitos, creencias,
prejuicios, temores, deberes y culpas, que tienen que ver muy poco con la realidad.
La conciencia, la dignidad, la libertad y la decisión, son personales, indeclinables e
intransferibles.
Conclusiones
• La vida es una serie ininterrumpida de decisiones. Hoy somos el producto de las
decisiones tomadas hasta ayer y mañana seremos el resultado de las decisiones
que tomemos a partir de este momento.
• Cada persona es lo que decide ser, pero nadie puede ser aquello para lo que no
está preparada.
• Cada uno es libre y responsable de su destino, sin importar las circunstancias en
las que le toca vivir..
• La mayoría de los problemas personales y sociales se deben a decisiones no
tomadas más que a errores cometidos.
• Cada decisión es una respuesta de toda la persona. Es el yo total quien ve, siente,
piensa, vive y actúa. Por tanto, cada persona toma decisiones de acuerdo a la clase
de persona que es. De aquí la importancia de trabajar en ser más auténtico,
honesto, disciplinado y perseverante.
• La palabra, las ideas y los proyectos, tienen el valor y el poder de la persona que
los produce; por tanto, no te preocupes por las decisiones que debes tomar; trabaja
en superarte como persona, aclara tu mente, adquiere convicciones profundas y
metas definidas y atractivas, porque cuando funciones a nivel superior tendrás la
libertad, la inteligencia y la voluntad para convertir tus sueños en realidad.
• Las decisiones más difíciles son las que se relacionan con el propio desarrollo,
debido a que suponen cambios profundos, a los cuales se resiste la naturaleza.
• No le exijas algo a las personas si antes no les has enseñado a estar a las alturas
de las circunstancias, porque no se trata de querer, se trata de poder. Eso de que,
"el que quiere todo lo puede es bastante relativo"
• No pierdas tiempo en cambiar las cosas, cambia tú y las cosas cambiarán
fácilmente.
• No pierdas tiempo en cambiar a los demás, sé un ejemplo de educación, de éxito y
de felicidad y los demás seguirán tus pasos.
Historia
Cuanta una historia que Confucio, angustiado por la corrupción en que vivía la gente
en China, decidió dedicarse a moralizarla. Recorrió los pueblos enseñando el valor
de la amistad, de la honradez y de la virtud, pero después de varios años se dio
cuenta de que la gente no le había entendido. Entonces, regresó a su pueblo y trató
de convencer a su familiares y amigos, pero tampoco le hicieron caso.
Decepcionado, decidió dedicarse a su propia superación. Es por aquí por donde
debió comenzar. Si quieres incendiar el bosque debes comenzar por encender un
fósforo, después una hoguera y, al final, el bosque arderá por sí solo.
Confucio murió pero no sus principios, los cuales han guiado durante dos mil
quinientos años la vida social, moral y espiritual del pueblo chino.
Ponte a valer en todos los aspectos y te sorprenderás del poder interno que
desarrollas.