Conoce tu temperamento, tu carácter y tu personalidad. “Somos dueños de lo que conocemos y esclavos de lo que ignoramos” Temperamento El temperamento es la forma habitual de reaccionar a los estímulos externos (personas, sucesos...) e internos (ideas, recuerdos, sensaciones...) El temperamento es innato y está íntimamente relacionado con el sistema glandular y el sistema neurovegetativo. Constituye la base bio-psíquica del carácter y de la personalidad. Carácter La palabra carácter significa huella, es la marca personal de un ser, lo que permite definir su estilo, su manera de ser, de sentir y de reaccionar. El carácter está muy ligado en parte al temperamento y en parte a la educación. Personalidad La personalidad es una forma propia de sentir, de percibir, de reaccionar, de pensar y de actuar. Resulta de la síntesis de factores biológicos (constitución biológica heredada que determina necesidades, motivaciones y tendencias temperamentales; de factores psicológicos (de la estructura mental P.A.N que la persona ha desarrollado a través de la educación recibida y de las decisiones personales que ha tomado a lo largo de la vida, y, de factores intelectuales, morales, sociales y espirituales. La personalidad de cada persona depende de la forma en que están integrados estos elementos y del modo en que se relacionan entre sí en una interacción constante. Podemos concluir diciendo que, la personalidad es la síntesis de lo que la persona ha recibido con el nacimiento (cuerpo con su dotes biológicas y psíquicas básicas) más lo que ha logrado a través de la educación recibida y de el esfuerzo personal (conocimiento, experiencia, valores...) Hasta hace poco se creía que el temperamento era inmodificable. De aquí el refrán: "Genio y figura hasta la sepultura" Hoy sabemos que se puede modificar en parte, utilizando terapias e influencias culturales y ambientales. Gracias a la evolución el hombre ha aprendo a controlar las fuerzas de la naturaleza y también las fuerza propias. Desde la antigüedad el ser humano ha tratado de conocer y definir el temperamento y el carácter. Existen numerosas teorías al respecto pero aquí exponemos el trabajo de los psicólogos Heimans y Wiersman, porque creemos que es la más autorizado y el más útil. Según los psicólogos Heimans y Wiersmanesta, cada persona posee tres propiedades fundamentales: Emotividad, actividad y resonancia en grado distinto. La personalidad de cada individuo depende de la forma en que se combinan estos tres elementos. La emotividad La emotividad es la intensidad con la cual reaccionamos ante los acontecimientos. Hay personas que son muy sensibles y vibran y reaccionan de forma vehemente ante cualquier acontecimiento, por insignificante que sea, mientras que, otras personas lo toman con calma o no se inmutan. Las mujeres y los niños suelen ser más emotivos que los hombres. Visualiza a personas conocidas que se caracterizan por ser muy emotivas. Existen distintos grados de emotividad que van, desde una sensibilidad extrema hasta la pasividad total. Lo ideal es una emotividad normal, y, sobre todo, que sea proporcional con la magnitud de los hechos. Si bien la emotividad tiene un componente temperamental, la forma de reaccionar es aprendida básicamente en la infancia, como respuesta a los estímulos recibidos. Las personas excesivamente emotivas suelen tener principios débiles y un Adulto poco desarrollado. Las personas que crecen en un ambiente seguro suelen tener una emotividad normal y controlada. Las personas que crecen en un ambiente agresivo, viven a la defensiva y suelen tener una emotividad a flor de piel, poco controlada y desproporcionada La emotividad es la principal causa de consumo de energía física y mental. Si comparamos la emotividad con el funcionamiento de un coche, tenemos que, una persona con excesiva emotividad es como un coche súper acelerado. Tiene dificultad para controlar las curvas (dificultades) y, por lógica terminará chocando y con el motor reventado. Una persona con emotividad normal, sabe manejar las situaciones, y, una persona sin emotividad, es indiferente a todo y carece de motor para producir soluciones. La emotividad reside en el Niño. Gracias a la emotividad, la vida tiene color, emoción y alegría. Gracias a la emotividad, existe el amor, la familia y la amistad y la felicidad. Gracias a la emotividad, los seres humanos luchamos unidos por echar adelante la familia, el país y el mundo. Gracias a la emotividad, sentimos el temor, la angustia, el fracaso y la frustración. Necesitamos pasar por todos estos sentimientos para valorar todo lo bueno que nos ha dado la vida y para aprender, madurar y comprender a las demás personas, pues, sólo quienes han llorado y sufrido comprenden las lágrimas y el sufrimiento de los demás. Lo importante es que exista el equilibrio adecuado, de modo que, no se oscurezca la fe y la ilusión que necesitamos para seguir creciendo. Las personas inteligentes saben sacar provecho de las experiencias positivas y de los fracasos. La experiencia actual indica que, por un lado, el predominio de lo científico sobre lo humanístico, está robotizando la mente de las personas, y, por otro lado, las personas se están endureciendo para protegerse de la competencia y agresividad crecientes. La consecuencia es la reducción de la conciencia, la insensibilidad moral y social, el incremento del egoísmo y la indiferencia. Todo ello es enemigo del desarrollo personal y de la convivencia social. De aquí la importancia de cultivar una emotividad sana y desarrollar sentimientos de bondad, comprensión, perdón, tolerancia y compasión. Esta es la mejor forma de protegerse contra los propios enemigos internos y contra la agresividad de la sociedad. . . . Las rocas no lloran ni sufren, pero tampoco disfrutan ni son felices. Las plantas son sensibles al afecto y también al odio. Las vibraciones producidas por el afecto las ayudan a crecer fuertes y lozanas, mientras que las vibraciones de rechazo afectan su crecimiento y su lozanía. Existen muchos experimentos al respecto. Los animales necesitan el afecto de sus padres para crecer sanos y seguros. Los animales abandonados o no queridos, se vuelven inseguros y cobardes y llevan una vida miserable. El afecto es determinante para los seres humanos. Su desarrollo físico, intelectual, afectivo, moral y espiritual depende fundamentalmente de los estímulos positivos, del buen trato y del amor que reciben de sus padres. El amor ayuda a sentirse seguro, a tener una visión alegre de la vida, a reaccionar en positivo, a ser espontáneo, creativo e inteligente y a relacionarse bien con las personas. Sin amor el corazón se pone chiquito, el temor invade la mente, se inhiben los sentimientos y el interés por las cosas, y la vida se convierte en angustia permanente. Cuando las personas crecen tienden a reaccionar como en la infancia y revivir los mismos sentimientos de la infancia. Nacemos para desarrollarnos y ser felices, pero ambas cosas sólo son posibles si las personas desarrollan la sensibilidad humana a través de una educación paciente y amorosa. Las personas más evolucionadas, como son los santos, los artistas, los sabios y los genios, se caracterizan por su sensibilidad. Ellos vibran a niveles superiores. Al hablar de santos, no nos referimos únicamente a las personas canonizadas, nos referimos también a tantas personas buenas que conviven con nosotros y vibran en alta frecuencia. Al hablar de artistas nos referimos a infinidad de personas que han desarrollado la sensibilidad de su espíritu y al hablar de sabios y de genios nos referimos a personas que transcienden lo puramente material y saben valorar las cosas más allá de su apariencia o utilidad. La inteligencia racional es importante pero es más importante la inteligencia emocional. Antes, se definía al ser humano como animal racional, hoy, se le define más como animal afectivo y social; es decir, como un ser capaz de salir de su egoísmo para relacionarse con las personas, amar y compartir con ellas lo mejor de sí. El lenguaje humanístico, cargado de significado afectivo está siendo desplazado por el lenguaje científico, técnico, económico y cibernético. Cada día queda menos espacio en el cerebro para lo verdaderamente humano, lo que indica que estamos avanzando hacia la robotización y hacia el endurecimiento de la conciencia, de los sentimientos y del trato a las personas. La pérdida de la sensibilidad humana, moral y espiritual puede conducir a una forma de vida dura, agresiva, sin valores y sin respeto a los demás. Sería como regresar a la ley de la selva. Lo dicho no es una suposición, es una realidad que se está dando en cierta medida en todos los países. Esta situación les resulta normal a los jóvenes, debido a que han nacido en medio del problema y no tienen otros puntos de referencia; sin embargo, para quienes tenemos encima años, conocimientos y experiencia, las cosas no están funcionando bien y pueden salirse de cauce. Muchas personas, en vista de la competencia agresiva, creen que la mejor forma de prepararse para el futuro consiste en desarrollar mayor capacidad de choque. Por la misma razón, muchos padres enseñan a sus hijos a ser muy competitivos. La dureza y la competencia agresiva, hacen quebradizas y débiles a las personas. Aprende del bambú que es resistente y a la vez flexible. Cuando llega la tormenta se dobla hasta tocar el suelo, si es necesario, pero luego surge incólume. Si hubiera hecho frente a la tormenta, ésta le habría quebrado. Nadie puede desafiar a la vida, ni a la naturaleza, ni a la sociedad. Es necesario aprender a combinar la fortaleza con la flexibilidad. La personalidad con la amabilidad. La dignidad con la humildad. La dinámica de la vida puede llevarnos a perder la sensibilidad de forma progresiva y sin que nos demos cuenta. Las personas se acostumbran a la "cultura" de la guerra, del odio, de la muerte y de la corrupción, y terminan aceptándola pasivamente. Expresa constantemente tus sentimientos a las personas que amas, a tus amigos y a la gente en general, pues, al final, eso es lo que te define como humano y es lo más importante que puedes regalar a tus seres queridos y a la humanidad. La actividad Es la disposición natural a actuar. La persona activa siente una fuerza interna que le impulsa a actuar. Necita estar ocupada constantemente. La persona no-activa tiende a ser perezosa; necesita hacer un esfuerzo inmenso para cumplir con sus deberes. No hay que confundir el nerviosismo o la hiperactividad con la disposición natural a la actividad. La disposición natural a actuar es un impulso natural permanente, mientras que, las conductas nerviosas, la hiperactividad... son producidas por tensión interna y desaparecen cuando baja la tensión. La hiperactividad indica problemas emocionales. Suele ser poco productiva porque se trata de una acción desorganizada. Hay personas poco activas desde el punto de vista físico pero muy activas desde el punto de vista intelectual (son personas que han recibido una educación intelectual y se dedican a profesiones que exigen actividad mental) y hay personas cuya acción es más de tipo físico que mental. En la actividad, lo mismo que en la emotividad existen distintos grados. La actividad es una tendencia temperamental, es decir natural, pero en su desarrollo influye mucho la educación recibida, la disciplina y el espíritu de superación. Si las capacidades humanas no se desarrollan a tiempo, pueden quedar atrofiadas. En el fondo, todos somos sabios, santos y héroes frustrados. La finalidad de la acción es activar el cuerpo y la mente, mantenerlos en perfecto estado de funcionamiento, producir soluciones y progresar. De aquí la importancia de seguir un plan de ejercicio físico y mental desde la infancia hasta el final de la vida. El cuerpo y la mente funcionan por hábitos. Los hábitos hacen que la acción resulte fácil, agradable y eficaz. Quienes adquieren el hábito de caminar sienten la necesidad y el placer de caminar, con lo cual aseguran el buen funcionamiento del cuerpo y de la mente. El ejercicio físico libera de toxinas físicas y mentales, transmite sensaciones de salud, de relax y de energía, lo cual favorece el trabajo y el espíritu de superación. La Ley de Entropía tiende a desintegrar lo que carece de consistencia y de cohesión y la inteligencia y la memoria no escapan a esta ley. La vida actual genera mucho desgaste físico, psíquico, intelectual, moral y espiritual, por lo que es necesario un plan de acción orientado a fortalecer dichos aspectos. El objetivo de la acción es la eficacia, por lo cual, no es suficiente con ser una persona activa, es necesario actuar con inteligencia, método y perseverancia. La resonancia Si golpeas un metal se produce un sonido que sigue resonando durante unos. De forma similar, todo lo que nos ocurre produce un efecto en nosotros, pero una vez que han pasado las cosas dejan una "resonancia", es decir, sigue influyendo en nuestra forma de pensar y de actuar, debido a que nuestra mente sigue "rumiando" las cosas de forma consciente, semiconsciente o inconsciente. Las personas tristes, melancólicas, angustiadas y deprimidas, suelen caracterizarse por un alto nivel de resonancia. En vez de olvidar y ocupar su mente en otras actividades, siguen obsesionadas con recuerdos negativos. Hay personas que viven el presente y sus impresiones sólo permanecen durante el primer momento, pronto se olvidan de lo que pasó. Estas personas se denominan primarias porque reacciona en el primer momento y luego olvidan. Hay personas que se caracterizan por tener resonancia (rumian las cosas) Este tipo de personas se denominan secundarias Cierto grado de resonancia bien manejada es bueno porque ayuda a pensar con detenimiento, a reflexionar, a recordar los buenos momentos...pero una resonancia excesiva hace que la persona viva en el pasado y se olvide de resolver el presente y de prever el futuro, con lo cual va quedando desadaptado a la realidad. En la clasificación establecida por los doctores Heimans y Wiersman hay grupos mejor dotados que otros y este es un hecho irreversible, lo importante es sacar el mejor partido posible. A través de la evolución, el ser humano ha logrado sobreponerse a la tiranía de los instintos. A medida que la persona se desarrolla mejora la base bio-psíquica del carácter y de la personalidad. En cada célula de nuestro organismo está grabada la orden de sobrevivir y crecer. Las plantas crecen por ley natural pero si las regamos y abonamos y si las podamos y eliminamos las plagas, crecerán más y serán más sanas; lo mismo ocurre con los animales y con los seres humanos. Para crecer desde el punto de vista humano no es suficiente con la ley natural. La ley natural nos impulsa a crecer como animales pero no como personas. Un niño abandonado a su suerte y sin contacto con la sociedad termina por convertirse en "animal", así lo demuestra el caso de los niños lobos encontrados en la India, así llamados porque se perdieron en el bosque cuando eran muy niños y lograron sobrevivir dentro de una manada de lobos que los aceptó. Un niño lobo fue rescatado cuando tenía doce años. Su comportamiento era totalmente salvaje. En convivencia con los lobos adquirió sus costumbres y se impusieron los instintos sobre su incipiente conciencia de niño. No pudo aprender el lenguaje ni adquirir conductas humanas. Si un ser humano no adquiere conductas humanas a tiempo, después ya es tarde. La tendencia natural del ser humano es el placer y el libertinaje, por lo cual necesita de una disciplina que le ayude a controlar los instintos y de una orientación que le indique hacia dónde caminar y de estímulos que le impulsen a la acción. De poco sirve el potencial genético, biológico, psicológico e intelectual si no es estimulado y orientado correctamente hacia objetivos valiosos. La clave del éxito y de la felicidad está en la mente, en tener una programación correcta y valiosa que estimule la iniciativa y el espíritu de superación. Una vez establecidas estas premisas, el cuerpo y el cerebro producirán suficiente energía e ideas para lograr los objetivos. Es necesario trabajar porque hay que sobrevivir, pero también es fundamental dedicar tiempo a leer, pensar, planificar y buscar formas más inteligentes de resolver las cosas. La sociedad exige una capacitación que sirva para competir y sobrevivir pero no sirve para triunfar de verdad. El desarrollo humano de calidad supone una tarea personal que debes desarrollar por ti mismo. La combinación de las tres propiedades: emotividad, actividad y resonancia, da origen a ocho grupos, dentro de los cuales pueden ubicarse todos los seres humanos. Clasificación según Heimans y Wiersman
Es importante conocer los rasgos predominantes para diseñar un plan de acción. Todos estamos atrapados en hábitos y en conductas que determinan nuestro rumbo en la vida. Muchos hábitos y muchas conductas son inadecuados, ineficaces o contraproducentes, pero no tenemos conciencia de ello. Para cambiar las conductas es necesario cambiar las estructuras mentales que las originan, es decir, los hábitos. Los hábitos son dinámicos y sólo pueden ser cambiados si se introducen otros hábitos superiores que los reemplacen. El cerebro por ley de economía utiliza los esquemas más eficaces. La emotividad, la actividad y la resonancia son propiedades temperamentales que nacen del instinto de supervivencia y tienen como objeto la adaptación. La emotividad es buena porque nos hace vivir, sentir las cosas, disfrutar, pero la excesiva emotividad puede llevarnos a reaccionar de forma impulsiva y cometer graves errores. Cuanto más evolucionada está una persona, más capacidad tiene para controlar su emotividad, debido a que tiene seguridad en sí y percibe las cosas como una oportunidad más que como un peligro. El control de la emotividad no significa reprimirla sino administrarla de forma inteligente. Se trata de no sufrir demasiado por los fracasos, pensando que son pasajeros y tampoco exaltarse demasiado por los éxitos, entendiendo que también son pasajeros. La actividad es condición para el logro de distintos objetivos pero la excesiva actividad es perjudicial porque se opone a un desarrollo equilibrado. El ser humano necesita tiempo para resolver cosas pero también necesita tiempo para pensar y tiempo para sentir y disfrutar y tiempo para descansar. Aunque la actividad proviene de un impulso interior, si no se educa es como una fuerza bruta que no sirve para nada; por lo cual, debe ser estimulada y orientada hacia objetivos importantes. Las metas, las creencias y los ideales son estímulos poderosos que impulsan a la acción. La resonancia. Cierto grado de resonancia bien manejada es bueno porque ayuda a pensar con detenimiento, a reflexionar, a recordar los buenos momentos...pero una resonancia excesiva hace que la persona viva en el pasado y se olvide de resolver el presente y de prever el futuro, con lo cual se va desadaptando a la realidad. En la clasificación establecida por los doctores Heimans y Wiersman hay grupos mejor dotados que otros y este es un hecho irreversible, lo importante es sacar el mejor partido posible. A través de la evolución, el ser humano ha logrado sobreponerse a la tiranía de los instintos. A medida que las persona se desarrolla mejora la base bio-psíquica del carácter y de la personalidad. En cada célula de nuestro organismo está grabada la orden de sobrevivir y crecer. Las plantas crecen por ley natural pero si las regamos y abonamos y si las podamos y eliminamos las plagas, crecerán más y serán más sanas; lo mismo ocurre con los animales y con los seres humanos. Para crecer desde el punto de vista humano no es suficiente con la ley natural. La ley natural nos impulsa a crecer como animales pero no como personas. Un niño abandonado a su suerte y sin contacto con la sociedad termina por convertirse en "animal", así lo demuestra el caso de los niños lobos encontrados en la India, así llamados porque se perdieron en el bosque cuando eran muy niños y lograron sobrevivir dentro de una manada de lobos que los aceptó. Un niño lobo fue rescatado cuando tenía doce años. Su comportamiento era totalmente salvaje. En convivencia con los lobos adquirió sus costumbres y se impusieron los instintos sobre su incipiente conciencia de niño. No pudo aprender el lenguaje ni adquirir conductas humanas. Si un ser humano no adquiere conductas humanas a tiempo, después ya es tarde. La tendencia natural del ser humano es el placer y el libertinaje, por lo cual necesita de una disciplina que le ayude a controlar los instintos y de una orientación que le indique hacia dónde caminar y de estímulos que le impulsen a la acción. De poco sirve el potencial genético, biológico, psicológico e intelectual si no es estimulado y orientado correctamente hacia objetivos valiosos. La clave del éxito y de la felicidad está en la mente, en tener una programación correcta y valiosa que estimule la iniciativa y el espíritu de superación. Una vez establecidas estas premisas, el cuerpo y el cerebro producirán suficiente energía e ideas para lograr los objetivos. Es necesario trabajar porque hay que sobrevivir, pero también es fundamental dedicar tiempo a leer, pensar, planificar y buscar formas más inteligentes de resolver las cosas. La sociedad exige una capacitación que sirva para competir y sobrevivir pero no sirve para triunfar de verdad. El desarrollo humano de calidad supone una tarea personal que debes desarrollar por ti mismo. Test de Emotividad ¿Hasta dónde eres emotivo? Tus respuestas indican tu actitud frente a la vida. Tal como eres, así te suceden las cosas. La vida es como un espejo, nos devuelve nuestra propia imagen. Este test no tiene valor científico pero sirven para darte una idea aproximada de tus tendencias. La emotividad es necesaria pero en exceso genera muchos problemas. Hay que aprender a sentir la vida y a emocionarse por muchas cosas buenas pero no podemos perder el control ni la lógica de la vida. Cubre las respuestas
Las respuestas que coinciden con las indicadas en la tabla, indican emotividad, mientras que, las respuestas que no coinciden, indican que tienes poca emotividad Toma nota y comienza a actuar. Test de Actividad ¿Hasta dónde eres activo? Existe una tendencia natural a la acción pero aquí nos vamos a centrar más en saber si eres realmente activo sea por impulso natural o por hábito adquirido gracias a la educación recibida, a la disciplina y a las motivaciones. La actitud activa es fundamental para el logro de objetivos. Este test no tiene valor científico pero sirven para darte una idea aproximada de tus tendencias. Cubre las respuestas
Las respuestas que coinciden con las indicadas en la tabla, indican que eres una persona activa, y las respuestas que no coinciden, indican que no eres activa. Toma nota y comienza a actuar. Test de Resonancia ¿Hasta dónde eres emotivo? La resonancia se refiere a la duración de la huella que dejan en nosotros las cosas ¿Eres de los que olvidan rápidamente las cosas o tiendes a rumiarlas? Este test mide el enfoque que estás dando a tu vida, el cual determina tus comportamientos. Este test no tiene valor científico pero sirven para darte una idea aproximada de tus tendencias. Cubre las respuestas
Las respuestas que coinciden con las indicadas en la tabla, indican resonancia, mientras que, las respuestas que no coinciden, indican que tienes poca emotividad Toma nota y comienza a actuar.