Lo que está fuera de nosotros no nos pertenece y tampoco nos sirve para resolver la vida. Sólo contamos con las ideas, sentimientos, valores y experiencias que hemos asimilado a lo largo de los años. Todos estos contenidos forman la estructura de nuestra mente y de nuestra personalidad y determinan la forma como nos va en la vida. La mente humana está formada básicamente por la conciencia y por el inconsciente. La conciencia nos permite conocer las características y el valor de las cosas y discernir entre el bien y el mal. El desarrollo de la inteligencia y la asimilación de valores es fundamental para que surja la conciencia. Los seres humanos sólo tenemos una conciencia relativa de las cosas, debido a que nuestro conocimiento es muy limitado y a que vivimos muy distraídos. Por esta razón cometemos muchos errores y logramos pocos objetivos. El inconsciente también forma parte de la mente humana. Es el disco duro que contiene todo lo que hemos vivido, hasta los mínimos detalles. El cerebro no descansa nunca. Siempre está activo procesando los contenidos mentales, relacionándolos entre sí, con el fin de encontrar respuestas para la vida. Estos contenidos son activos, lo que significa que, todo lo que dejamos entrar en nuestro cerebro, bueno o malo, influye en nuestra vida para bien o para mal. Hoy somos el resultado de todo lo que hemos introducido en nuestra mente. Las conductas y decisiones poco importantes dependen de la voluntad de cada momento y tienen como finalidad resolver las cosas que se van presentando; pero, nuestras conductas importantes, aquellas de las cuales depende nuestro éxito o nuestro fracaso, proceden de nuestra estructura mental profunda; es decir, de lo que somos en lo íntimo de nuestro ser. Por esta razón, la conducta de cada persona es siempre la misma, y, por esta razón las personas tienen serias dificultades para eliminar ciertos comportamientos que les causan problemas. De aquí la importancia de desarrollar buenos hábitos, de seleccionar ideas, sentimientos, amigos, etc. porque todo lo que pensamos, sentimos o hacemos nos marca de alguna forma para toda la vida. Nuestras conductas están automatizadas; en consecuencia, la mayoría de las cosas las hacemos con poca conciencia. Muchas personas caminan hacia el fracaso, paso a paso, casi sin darse cuenta. Al final se sorprenden y no saben explicarse cómo han llegado a esa situación. Cosa similar ocurre con los triunfadores. La razón está en que sólo tenemos conciencia de algunos factores que influyen en éxito o en el fracaso. La mayoría de los factores son subconscientes, por lo cual no tenemos conciencia de ellos. En la vida todo tiene sus causas y su proceso. Es un axioma elemental que, puestas las premisas, se desencadenan los procesos correspondientes. ¿Cómo encontrar las respuestas dentro de ti? La vida es una experiencia personal. Nadie puede vivir por nosotros. Nuestros problemas y nuestros proyectos son personales, por tanto, nadie puede resolverlos por nosotros. Cada uno tiene en su cartera únicamente el dinero que ha introducido; en su jardín, las flores que ha sembrado; en su cerebro, las ideas que ha aprendido; en su corazón, los afectos que ha cultivado. En síntesis, sólo tenemos lo que hemos adquirido con esfuerzo propio, lo demás no nos pertenece. Si hubiéramos entendido esta realidad cuando éramos pequeños, nos habríamos preocupado más por llenarnos de ideas, de afecto, de autoestima y de creatividad, y hoy encontraríamos dentro de nosotros las respuestas que necesitamos para triunfar y para ser felices. Pero, desgraciadamente, la mayoría de las personas no han cultivado las ideas, valores y sentimientos que constituyen la riqueza interior que es la base para resolver los problemas de la vida. Sin embargo, en el interior de cada ser humano, siempre queda un poco de inteligencia, de conciencia, de fe, de dignidad y de espíritu de libertad, que pueden ser activados y dar origen a la renovación del espíritu y de la vida. Es importante entender que las soluciones no vienen de fuera. Cada persona debe producir sus propias soluciones, comenzando por reorganizar su mente y su vida. Es necesario hacer un alto en el camino y revisar el mapa de ruta con frecuencia. Es necesario aprender a reflexionar, a ser lógicos y a utilizar el sentido común. Es necesario comprender que la sociedad es mediocre e irresponsable y que su ejemplo, ideas y paradigmas no pueden ser el modelo a seguir. Es necesario entender, de una vez por todas, que la vida es lucha y evolución, disciplina y responsabilidad; por lo cual, necesitamos superarnos constantemente para no perder el tren del futuro. El éxito depende de muchos factores que es que necesitamos conocer y manejar. Es necesario entender que para llegar a la menta, antes hay que recorrer el camino que conduce a ella. Que para llegar a la cumbre, antes hay que escalar la montaña. Que para aprender hay que observar, leer y estudiar. Que para tener verdaderos amigos es necesario ser buen amigo. Que para tener una buena calidad de vida es necesario ser una persona de calidad. Que cada uno obtiene bienes, éxito y felicidad en la medida en que es capaz de producirlos. Así que, si quieres que las cosas cambien debes cambiar tú. No esperes mucho de nadie. La vida te ha dado todo lo que necesitas, sólo tienes que ponerlo a funcionar. Cuántas oportunidades has perdido por depender de otros, por esperar ayudas que nunca llegaron o por esperar que las cosas cambien. Esto significa que, no debes delegar ni dejar en manos de nadie los aspectos fundamentales de tu vida. Como todo logro importante es resultado de un largo proceso, es necesario prever y alimentar constantemente todo lo que queremos lograr. El cerebro necesita tiempo y estímulo para construir la estructura mental que sirvan de soporte a los objetivos que deseamos lograr. Las cosas fluyen con demasiada rapidez y las crisis y la incertidumbre son parte habitual de la vida. No sabemos lo que nos depara el futuro, por lo cual, debemos vivir atentos y tomar posición antes de que las cosas nos desborden. Es fundamental liberarse del agite, de la prisa, de la competencia y de las necesidades creadas, y cultivar la reflexión, el silencio y la paz. Reflexión, significa volver mentalmente sobre sí, analizar detenidamente la lógica de las cosas, de la vida, de las conductas, de los resultados... El cuerpo, la conciencia, el cerebro y el inconsciente nos envían mensajes sobre nuestro estado de salud física, emocional, moral, espiritual, de forma constante. La finalidad de estos mensajes es ayudarnos a tomar conciencia de nuestra realidad interna, de modo que tomemos las previsiones necesarias, pero no hemos aprendido a escuchar esas voces que vienen de dentro, tal vez porque piden rectificación y nosotros nos resistimos a cambiar. Necesitamos fortalecer todos los días los valores, la autoestima, los conocimientos, la disciplina, la amistad y la alegría de vivir. Conclusión Hoy eres lo que has hecho de ti. En ello ha influido la educación que has recibido, la forma en que has manejado tu libertad, las personas con la cuales te has relacionado, las decisiones que has tomado o has dejado de tomar y las ideas y sentimientos que has cultivado. En adelante te irá de acuerdo a la forma en que manejes tu mente. Existen circunstancias externas que pueden complicarte la vida, pero es tu deber prever, evitar y estar capacitado para actuar con eficacia, porque, al final, sólo importa lo que eres por dentro y la forma en que actúas.