La fortaleza física es la capacidad o resistencia que tiene el cuerpo al cansancio y a las enfermedades. La fortaleza mental es la capacidad que tiene la persona para controlar sus emociones, para manejar la agresividad y presiones provenientes del medio externo y para adaptarse de forma inteligente a distintas situaciones. Las instituciones y las familias tienen fortaleza cuando funcionan bien, cuando son fieles a los objetivos que son la razón de su existencia. La fortaleza mental proviene del convencimiento de que somos capaces de lograr lo que nos proponemos, porque nuestro éxito no depende de las circunstancias externas sino de nuestra actitud mental. No hay que buscar fuera lo que uno tiene dentro de sí. "La verdadera sabiduría consiste en evitar todo pensamiento que nos debilite" Wayne W.Dyer La fortaleza mental depende de varios factores: 1. Motivaciones profundas. La palabra motivación significa motor o fuerza que impulsa a la acción. 2. Autoestima (buena valoración y aceptación de sí mismo, con sus cualidades y defectos, con sus éxitos y fracasos) Reconocer su valor como persona por lo que es y no por lo que tiene o logra, pues así como vienen las cosas, así se van. 3. Autoconfianza, la cual se alimenta de los éxitos y pruebas superadas y de la experiencia y convicción interna de poder lograr lo que se propone; siempre con expectativas lógicas y asequibles. 4. Principios que sustentan el valor y la dignidad de la persona más allá de los resultados del momento. 5. Fe en Dios. La fe en Dios transmite una fortaleza especial que actúa como talismán. 6. Desarrollo de las capacidades intelectuales, afectivas y sociales y de los poderes mentales, habilidades, convicciones y experiencias. Estos elementos constituyen la estructura de la mente humana. 7. Trabajo y perseverancia. Todo logro importante supone trabajo intenso y constante. La tendencia natural del ser humano es la pereza, el libertinaje y la irresponsabilidad; por lo que es necesario vivir en actitud constante de superación, lo cual no significa vivir con angustia y preocupación; se trata de vivir con la conciencia despierta, pues, cualquier distracción puede dar al traste con nuestros proyectos. La perseverancia supone seguir intentando, de forma inteligente, a pesar de que las condiciones sean adversas, porque siempre existe una posibilidad de cambiar las circunstancias. 8. Resistencia a las frustraciones. Las personas con fortaleza mental aceptan las frustraciones como parte del aprendizaje. Saben que los fracasos son sólo obstáculos en el camino hacia el éxito. Las personas con fortaleza mental reciben con humildad sus éxitos y sus fracasos con dignidad. 9. Manejo de las emociones, sobre todo en los momentos críticos. Casi todas las personas se angustian en los momentos críticos y pierden el control, lo cual les hace vulnerables; pero las personas con fortaleza mental, mantienen el control, porque trabajan sobre un proyecto, en el cual, lo importante es no perder de vista la meta final. Lo que acontece en el camino son sólo circunstancias (éxitos o fracasos) que sirven para aprender. 10. Renovación. La vida es evolución. La sociedad vive un proceso de cambio en todos los aspectos, lo cual indica que muchas de las ideas y métodos actuales quedarán obsoletos en pocos años, de modo que, quienes no vivan en actitud permanente de cambio quedarán fuera de circulación. Esta realidad no es para angustiarse, por el contrario, es un estímulo para esforzarse y sentir el placer de evolucionar y triunfar. La evolución pone a prueba la fortaleza mental de las personas, de las familias y de las instituciones. La fortaleza depende de la estructura mental. La estructura mental está formada por principios, valores, creencias, convicciones y hábitos que se han consolidado con los años y sobreviven a los cambios. La naturaleza humana no cambia sustancialmente a lo largo de los siglos. Las necesidades fundamentales de los seres humanos son las mismas siempre y en todos los lugares del mundo. Lo que si cambia son las necesidades creadas, las modas y las tendencias sociales; pero las necesidades fundamentales (amor, seguridad, amistad, paz, etc. siguen siendo las mismas) La Ley de Entropía tiene como función desintegrar lo que no funciona bien y reducirlo a su estado original para que forme parte de nuevos procesos evolutivos. En cierta forma, la sociedad colabora con la Ley de Entropía. La sociedad genera mucho desgaste mental, emocional, moral y espiritual, lo que obliga a las personas a fortalecer sus valores y convicciones con lecturas de desarrollo humano o a sucumbir. 11. El éxito, la satisfacción interior y la alegría de vivir son las mayores fuentes de energía mental, de aquí la importancia ce capacitarse para lograr éxitos. Las personas con fortaleza mental son pacientes y saben que, ocurra lo que ocurra, tienen otras opciones y están seguras de que al final lograrán sus objetivos, porque dependen más de sí mismos que de la actuación de los demás Un jugador con fortaleza mental no se preocupa por cuán abajo está en el marcador. En su mente sólo existe la idea de que puede dar vuelta al marcador y ganar. Un empresario con fortaleza mental siempre saldrá adelante y siempre surgirá como el ave Fénix, porque su fortaleza está por encima de las vicisitudes y dificultades. La fortaleza mental es una combinación de convicción, consistencia y flexibilidad, algo así como la caña de bambú azotada por el viento; puede ser doblegada hasta tocar el suelo, pero es tan flexible y consistente que el viento jamás puede quebrarla. Los seres humanos producen determinada cantidad de energía mental, de acuerdo a su nivel de autoestima, valores, convicciones y motivaciones. Esta energía se expresa en forma de vibraciones. Cada persona siente estas vibraciones como energía y poder que estimula al logro de objetivos. La intensidad de las vibraciones determina el espíritu de superación. Las demás personas también perciben la intensidad de nuestras vibraciones y nos valoran y respetan de acuerdo a nuestras vibraciones. El pensamiento positivo siempre trabaja en beneficio de la persona que lo tiene. La mente que actúa de esta forma atrae lo positivo y rechaza lo negativo. La fuerza mental reside en el convencimiento de que si tú quieres, tú puedes. No hay que buscar fuera lo que uno tiene dentro. Nuestra vida depende de hábitos que se han consolidado con los años. Nuestro pensamientos, nuestra palabras y nuestras acciones nos modelan, día a día, de forma lenta pero profunda. Por tanto, la fortaleza mental se desarrolla pensando en positivo, hablando en positivo y actuando en positivo. Observa cuáles son las características de las personas que sobresalen por su fortaleza mental y descubre cuál es el camino que han seguido para alcanzar sus metas. Existen técnicas efectivas de programación mental que pueden ayudarte a fortalecer tu autoestima, tu personalidad, tu liderazgo y tu fortaleza mental. Los niños de Harvard Hace años, la universidad de Harvard realizó la siguiente prueba. Reunió a varios niños de cuatro y cinco años y colocó frete a cada niño un trozo de pastel muy provocativo. Como es de suponer, los niños se emocionaron con tan formidable obsequio. La persona encargada del experimento les dijo: Voy a salir por un instante y nadie debe comer el pastel hasta que yo regrese. Cuando regrese regalaré otro trozo de pastel a quienes hayan obedecido la orden y no hayan comido el pastel. La persona salió, después de comprobar que todos los niños habían entendido las indicaciones, pero, en vez de regresar al momento, como les había prometido, tardó más de quince minutos, con el fin de probar la paciencia y la resistencia mental de los niños. Hay que señalar que había varias cámaras grabando las actitudes y expresiones corporales de cada niño. Cuando regresó, encontró que algunos niños no habían podido resistir la tentación y habían comido el pastel, otros supieron resistir y perseveraron hasta el final. La universidad siguió la pista de estos niños. Hoy son personas maduras y el resultado es el siguiente: Los niños que sucumbieron a la tentación, son personas del montón. No son exitosas en ningún aspecto. Por el contrario, los niños que resistieron la tentación y perseveraron hasta el final, hoy son hombres exitosos a nivel personal, intelectual, familiar y profesional. Sin duda, los padres programan a sus hijos a temprana edad y queda definida su actitud y la dirección que tomarán en la vida, a no ser que se generen cambios importantes, lo cual es difícil, debido a que los hábitos adquiridos impulsan en la dirección establecida. Parece que la fortaleza mental, la disciplina mental, la resistencia a las frustraciones y la perseverancia, son factores fundamentales para lograr el éxito; lo cual nos indica que, analizando las actitudes de las personas, su fortaleza mental y su perseverancia, podemos determinar cómo les irá en la vida. Ahora bien, conscientes de esta realidad, deberíamos dedicar tiempo y esfuerzo a fortalecer estos aspectos de la personalidad, en vez de perder tiempo en el logro de cosas superfluas. Si tienes hijos, aplícales este experimento y comprueba hasta dónde llega su fortaleza mental. Y, en adelante, encuentra la forma de estimular y desarrollar motivación, disciplina mental, control de las emociones, resistencia a las frustraciones y perseverancia. Es la mejor forma de fortalecerlos contra la agresividad de la vida y contra sus propias debilidades. Esto es válido también para los adultos. Los adultos pueden rectificar ciertas conductas, pero su estructura mental sigue siendo casi la misma a lo largo de su vida. Muchas personas aprenden con los fracasos y con la experiencia de cada día y quieren renovarse, pero les resulta muy difícil, debido a que los hábitos mandan; sin embargo, con método y perseverancia se pueden lograr cambios importantes. Es fundamental cultivar de forma constante las ideas, sentimientos, lenguaje, actitudes, conductas, decisiones y valores correctos, pues, estos factores son los que modelan nuestra personalidad, día a día, de forma lenta pero profunda. Conclusión Todo lo que pensamos, sentimos, hablamos o hacemos, nos marca de alguna forma para toda la vida. Si las personas tuvieran conciencia de esta realidad, tratarían de ser mejores personas, más comprensivas, menos críticas, más honestas y más responsables. Lo cierto es que cada quien se construye a sí mismo y le va en la vida de acuerdo a lo que hace.